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viernes, 6 de diciembre de 2013

Monumento


2013


AERONÁUTICA.  

Recordando la caída del globo aerostático.

"Eduardo Newbery" 


en Claromecó.


Ing.  Aritides Dominguez.

El Museo Regional Aníbal Paz, de Claromecó, convoca a participar del descubrimiento de un monumento en recordación de la caída del globo Eduardo Newbery en la estancia San Francisco, a cien años del acontecimiento.
El mismo se realizará este sábado a las 17.30 con la concentración de público, mientras que a las 18 dará comienzo el acto propiamente dicho.
Al finalizar el acto de descubrimiento del monumento, se hará el traslado a Quelaromecó Espacio de Arte para ver la exposición de globos, paneles con la historia, película, etc.
En la fotografia pasando por la Plaza Central de Tres Arroyos



La historia.    
Según datos proporcionados por el Museo Aníbal Paz y del archivo de este diario, el mencionado globo había soltado amarras el 6 de diciembre de 1913 desde las instalaciones porteñas de la Sociedad Sportiva, cuyos tripulantes se proponían realizar una travesía hasta Mendoza. 
Ellos eran el teniente piloto Hernani Mazzoleni, los tenientes Edgardo Benavente, Agustín B. Verona y Eliseo Pisano y el entonces periodista de origen chileno Carlos F. Borcosque, quien años después adquiriría notoriedad primeramente como crítico de cine y luego como realizador de películas.
El globo, luego de navegar a la deriva algunos cientos de kilómetros por el territorio bonaerense, acertó a dirigirse más al sur, y fue así que para sorpresa de muchos tresarroyenses madrugadores, alrededor de las 6 de la mañana del 7 de diciembre se lo vio surcar el cielo de la ciudad. A las primeras voces de los vecinos que divisaron el aparato acercándose, que según relatan las viejas crónicas, fueron los recolectores de residuos domiciliarios, se sumaron prontamente las de muchos otros habitantes, generalizándose así un clima de bullicio y gritería ante la insólita visita.
Se pudo advertir que el globo seguía su trayectoria a baja altura, atravesó la ciudad y enfiló en dirección al sur. Se lo vio en primera instancia por el sitio donde se encuentra hoy la intersección de las rutas 3 y 228, mientras que al alejarse lo hacía en dirección al cementerio. Algunos de los testigos del hecho relataron además que podía divisarse a varias personas a bordo del aerostato.
Antes del mediodía se había podido establecer ya que el globo Eduardo Newbery había ido a caer en la estancia San Francisco, cerca del puesto de Bargas, a unos dos mil metros del mar, a cargo del señor Urrutia, quien fue el primero en llegar al lugar. Y luego, a través de una comunicación que hizo llegar el administrador de la estancia, Pedro Chimondegui, se señalaba que el aparato había caído a las 7.30 y que se había hecho saber la novedad al jefe de policía, comisario Fabio Dazo, quien había adoptado las medidas del caso.
Coincidentemente, se encontraba en la ciudad el entonces diputado provincial Pedro N. Carrera, quien era socio del Aero Club Argentino y amigo personal de la familia Newbery. Al tomar noticias del percance, ofreció su automóvil, que era uno de los pocos existentes por entonces en Tres Arroyos, el que fue utilizado por el comisario para llegarse hasta el lugar. El policía fue acompañado por el médico de la repartición, doctor Victor Grau, y otras dos personas, con los elementos de primeros auxilios que el caso requería.
Al anochecer la comitiva regresó a la ciudad trayendo consigo a dos de los tripulantes del globo. Eran los tenientes Eduardo Benavente y Eliseo Pisano, mientras que los tres compañeros restantes, -Borcosque, Varona y Mazzoleni- permanecían en el campo recibiendo atención debido a las heridas que recibieran en la caída.
Los tres fueron trasladados luego al Hospital Pirovano, donde completaron su curación sin inconvenientes. Allí Borcosque hizo un pormenorizado relato de la aventura,
cuando los tripulantes del globo Newbery, luego de haber comprobando la desviación del aparato a causa de los vientos, llegaron a divisar el océano. Ante el peligro inminente de que se estrellaran contra las aguas y perecieran ahogados, debieron rasgar el globo, precipitando así su caída en los médanos, aún a riesgo de recibir graves lesiones, que por fortuna no se produjeron.
El Eduardo Newbery, que había resultado bastante averiado a raíz de la frustrada aventura, fue convenientemente reparado una vez que se lo trasladó a Buenos Aires. Tiempo después, con el mismo globo, Bradley y Zuloaga lograrían concretar el cruce de la cordillera de los Andes.http://www.lavozdelpueblo.com.ar/nota.php?id=13170

En HISTARMAR:http://www.histarmar.com.ar/Puertos/Claromeco/CaidaGloboEdNewbery.htm