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sábado, 27 de septiembre de 2014

SE LO DEBEMOS TODAVIA

2014
En homenaje
al Teniente. 
de Navío
Marcelo 
Marquez


Por: 

Oscar FILIPPI.

Los Aviadores Navales son, por los medios que tripulan, marinos que vuelan, guerreros modernos de la Armada Argentina y herederos legítimos del legado Browniano. Nuestros Aviadores Navales, junto a los de la Fuerza Aérea, el Ejército, la Prefectura Naval y los aviadores civiles, fueron los cinco dedos de una mano, que juntos y fuertemente cerrados, se convirtieron en el puño que la Nación Argentina blandió en el aire para mostrar al mundo, nuestros indeclinables derechos soberanos sobre las Islas Malvinas.
Sus acciones sobre los cielos de Malvinas en aquellos días de 1982, asombraron al mundo.
Su profesionalismo, su arrojo y entrega, fueron el firme mensaje de la determinación soberana argentina. 
A tal punto que, el General de la Aviación Francesa Pierre Clostermann, quien derribara 33 aparatos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, escribió una carta en la que demostraba su admiración por las proezas, coraje y valentía de los aviadores de combate argentinos. 
Esta carta finalizaba diciendo: "… hay de este mundo que sólo cree en aquellas causas en las que sus protagonistas se hacen matar por ellas."
Hoy queremos evocar a uno de esos protagonistas que entregó su vida por esta causa, el Teniente de Navío (post mortem) Aviador Naval, Marcelo Gustavo Márquez.
















El 21 de Mayo de 1982, dos secciones reforzadas de la Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, integradas por el Capitán de Corbeta Alberto Jorge Philippi, Teniente de Fragata Marcelo Gustavo Márquez, Teniente de Navío José César Arca, Teniente de Navío Benito Italo Rotolo, Teniente de Navío Carlos Alberto Lecour y Teniente de Navío Roberto Gerardo Sylvester atacan unidades de superficie británicas estacionadas en el estrecho de San Carlos, hundiendo a la fragata H.M.S. "Ardent". 
Los aviones pertenecientes a los tres primeros pilotos son derribados por aviones "Harrier" ingleses que escoltaban al buque, falleciendo el Teniente de Fragata Marcelo Gustavo Márquez.

En el año de 2003, pocos meses antes de su muerte, en ocasión de reeditar su libro, “El Gran Circo”, el miso General Pierre Clostermann, volvió a escribir: “- También quiero que los jóvenes lectores de este nuevo libro, guarden un pensamiento para los pilotos franceses de Mayo de 1940, los pilotos ingleses de Septiembre de 1940, los americanos de Enero de 1942 en las Filipinas, los de la Luftwaffe en 1945 en la defensa de Berlín y los pilotos argentinos que volaron en Mayo de 1982 sobre los cielos de Malvinas. Ellos todos fueron sacrificados y todos ellos heredaron el caos dejado por otros: pacifistas, políticos, generales incompetentes y naciones indolentes, negligentes o laxas. Sin embargo, estos pilotos deben ser admirados, no mirados con pena, porque en el instante final ellos pudieron decir: “He experimentado en mi avión lo que otros nunca conocerán.”
Al leer este mensaje del gran As de la Aviación Francesa, Pierre Clostermann, me hizo recordar las palabras con las que después de relatar sus acciones durante la Segunda Guerra Mundial y a modo de epílogo finaliza este libro tan admirado por los aviadores de todo el mundo: “- El Gran Circo ha pasado, el público ha quedado satisfecho, los actores no demasiado malos, quizás en familia se siga hablando de él otro día más, y aun cuando todo quede olvidado, en la plaza del pueblo todavía estará la aureola del aserrín y los agujeros de las estacas, la lluvia y el olvido pronto borrarán las huellas, sólo los que fuimos actores lo recordaremos…”

Por eso mismo estas líneas, para que la lluvia y el olvido no borren las huellas heroicas que hombres como el Teniente de Navío Marcelo Gustavo MARQUEZ dejaron impresas en nuestra orgullosa Historia Naval.
Pero no queremos en este artículo, evocar la ausencia del Teniente Márquez. 
Queremos evocar su presencia. Su nombre en letras de bronce impreso, forma parte también de la Base Naval Mar del Plata.
En el desempeño de nuestra actividad como aviadores, fue que tuvimos la oportunidad de conocerlo primero y disfrutar de su amistad en el poco tiempo que las circunstancias de la historia nos lo permitió.
A sus relevantes capacidades profesionales se anteponía siempre su gran valor como ser humano y persona de bien. Del trato diario, puedo asegurar, que a Marcelo Márquez lo acompañaban las dos virtudes que solo acompañan a los Grandes… la humildad y la generosidad
Marcelo Márquez.

Educado en el crisol de una familia cuyos principios en el amor, la rectitud moral, el sacrificio y el progreso en el trabajo digno, forjaron en él, valores de carácter que se afirmarían aún más con su formación profesional.

Para quienes tuvimos la dicha de acompañar a nuestros hijos, en su ingreso a la Escuela Naval Militar, recorriendo con ellos sus instalaciones, vimos con orgullo que el embarcadero lleva su nombre, la foto de Marcelo está a la entrada del Gimnasio. 
En ese gran Instituto de formación están inscriptos sus méritos académicos y sus logros deportivos. Integrante destacado del Equipo de Vela, aprendió desde el principio a dominar el viento, pero quería más, quería dominar el cielo mismo. 
Marcelo Márquez sigue estando en la misma Escuela Naval, es farol y guía de las nuevas promociones de oficiales.
Así como brilló con mérito académico en sus estudios, se destacó como oficial del comando naval. A tal punto que su distinguido desempeño, casi le impide el ingreso a la Escuela de Aviación Naval, la Flota de Mar lo requería también como oficial de operaciones. Sólo su carácter y determinación por el objetivo completo de su vocación, le permitieron ser, lo que el quería ser… AVIADOR NAVAL.

Gracias al espíritu aeronaval de los integrantes del Aero Club Mar del Plata, desde 1987, el avión A-4Q SKYHAWK, que en réplica perpetúa su memoria, se mantiene como ejemplo de valor y profesionalismo de nuestros hombres de la Aviación Naval, a todos los jóvenes que año tras año llegan con la misma vocación de elevarse que forjó el espíritu del Teniente de Navío Marcelo Gustavo Márquez.
Esa es su presencia en la Base Naval Mar del Plata. El ejemplo, para los marineros, los cabos, los suboficiales y oficiales más modernos. 
El nos demostró que la Vocación Naval es elevarse cada día, personal y profesionalmente. 
Sólo así se alcanza a completar la verdadera vocación militar, que no es otra cosa más, que la SUBLIME VOCACIÓN DE SERVICIO A LA PATRIA… Como la del Teniente de Navío MARCELO GUSTAVO MARQUEZ.
Todo lo expuesto es lo que nos permite afirmar que no cayó, sigue en vuelo, como guardián eterno de una guerra inconclusa. No vencido, con el mismo pabellón pintado en la deriva, con las mismas anclas, aun brillando en sus alas.

ORACIÓN A NUESTROS AVIADORES

Señor, guarda y guía
a nuestros hombres que vuelan
en el inmenso espacio de tu cielo.

Señor, ve siempre en el aire con ellos,
guíalos a través de las oscuras tormentas
y entre la brillante luz del Sol.

Señor, escúchanos al elevar esta plegaria,
oramos por aquellos que defienden este cielo.
Por aquellos pioneros que nos enseñaron
que hay caminos en tu cielo
y en su temprano intento, 
plegaron para siempre sus alas.

Señor, te pedimos la fuerza del recuerdo,
por nuestros camaradas y hermanos
que defendiendo nuestro mar y nuestro suelo,
cayeron para siempre desde el cielo Malvinero.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Guardianes.


2014

Estas palabras son del Presidente de los EEUU, Barak Obama. 

Las pronunció en el año 2010.
en el discurso de conmemoración del aniversario de la independencia de ese país.
Es el Soldado, no el periodista...
Quien nos ha dado la libertad de prensa...
Es el Soldado, no el poeta ...
Quien nos ha dado la libertad de expresión. 
Es el Soldado, no los políticos...
El que garantiza nuestro derecho a la vida, 
a la libertad y a la búsqueda de la felicidad. 
Es el Soldado, quien saluda a la bandera ...
El que sirve bajo la bandera...
Y cuyo ataúd, 
está envuelto en la bandera...
Si Ud. quiere ofrecer, asi sea el más pequeño homenaje de reconocimiento y aprecio por los militares
No olvide esto y repitalo.
Ricardo Mora González:

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38º Aniversario del accidente 2-P-103 en la Antártida Argentina
(15 septiembre 1976)


CN VGM Daniel Alberto MARINSALTA.

Presidente Delegación MDP 

INSTITUTO AERONAVAL.




En septiembre de 1976 se ordena a la Escuadrilla Aeronaval de Exploración hacer un vuelo glaciológico a la Antártida, se decide seguir el mismo patrón que tenían practicado, un avión cruzaba y el segundo quedaba en Rio Grande como apoyo.

A la mañana del 15 de septiembre de 1976 el avión 2-P-103, al mando del Cap. de Corbeta Arnaldo Mutto llevando como copiloto al Teniente de Navío Miguel Berraz, OCO/Navegante Teniente de Corbeta Claudio Cabut, Meteorólogo Teniente de Navío Romualdo Migliardo, Mecánicos de Vuelo Suboficial Segundo Nelson Villagra y Cabo Principal Jesús Arroyo, Operadores de Equipos electrónicos Suboficial Segundo Juan Notto y Cabo Primero Benjamín Scesa, Radio operador Cabo Principal Omar Campastrini, Armas Suboficial Segundo Humberto Brizuela y de canal 13 TV de Rio Grande Señor Rodolfo Rivarola, despega de la Base Aeronaval Almirante Hermes Quijada para realizar un vuelo de exploración glaciológico a la península antártica. Momentos antes del vuelo fue desembarcado un Cabo Principal Armas para que pudiera embarcar el Señor Rivarola.

A 1245 horas la Base Naval Antártica Almirante Brown declara la emergencia por pérdida de comunicaciones del avión, de inmediato comienza su búsqueda por parte de medios de la Armada Argentina, de la Armada de Chile y de la Fuerza Aérea Argentina.

La esperanza que una pérdida total de comunicaciones, que sumado a otra falla, imposibilitara la comunicación del avión, hizo que se mantuvieran prendidas las luces de pista de Bases y aeródromos australes, hasta el límite de la autonomía del avión.
El 24 de septiembre llegó la noticia que todos suponían y nadie quería oír el 2-P-103, había impactado en un cerro en la isla Livigston. 
Meses más tarde se intentó recuperar los restos de los tripulantes, para ello se destacaron andinistas del Ejército Argentino, y se perdió un helicóptero Bell 212 de dicha Fuerza, falleciendo el Teniente Primero Mario García, el Teniente Alejandro Merani y el Sargento Ricardo Segura desistiéndose de una segunda operación.

Quisiera proponerles un ejercicio imaginario y compartir lo que ha vivido ésta tripulación, como tantas otras a bordo de un avión Neptune en tareas de exploración. Un avión grande, pero con espacios reducidos, una tripulación numerosa de 11 personas, en un ambiente ruidoso, donde cada uno tiene un rol muy bien definido, compartiendo un chiste o un mate, y hablando entre ellos por intercomunicador, teniendo que pasar por lugares estrechos, con olores característicos de aceite y líquido hidráulico que forman parte del vuelo mismo y del cual se impregnan nuestras ropas. Con escasa calefacción y equipos viejos pero conocidos, a los cuales les sabemos todas las mañas. 
Preparados para vuelos de una duración de más de 8 horas en condiciones meteorológicas adversas. Donde se han forjado tripulaciones con un mismo espíritu de sacrificio, amor por el trabajo en equipo y entrega total al cumplimiento de la misión.

Finalmente, un explorador es un “marino que vuela” un avión con “un ancla en las alas” llenas de sal marina de unos de la mares más difíciles de la tierra, trabajando en equipo, sobrellevando dificultades con sacrificio y valor, y todo ello, casi siempre en forma desapercibida.

La tripulación del 2-P-103 y del helicóptero del Ejército Argentino son un ejemplo de lo que es la vocación de servicio y la entrega, eran jóvenes valientes, que sirvieron a la Patria donde y cuando ella los necesitaba, dieron lo más preciado de un ser humano, su vida, son un ejemplo para las sucesivas generaciones de argentinos, sin duda jóvenes con valores. 
Una tarea de nuestro Instituto es recordarlos y hacer que no sean olvidados, ellos y todos aquellos que hicieron posible la presencia argentina en la Antártida.
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Editorial
El Continente Antártico es celoso custodio de lo que conquista y retiene. 
De tanto en cuando reclama, y el hombre le rinde tributo, otorgándole algunos de sus mejores representantes, que se quedan patrullando los helados confines de la Tierra, recordando a la humanidad, que el Antártico le corresponde por derecho de Sangre y de Almas, EL Título indiscutido de propiedad por pagar con la única moneda que no cotiza ni devalúa, que es la vida de sus soldados.El Director.