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viernes, 6 de diciembre de 2013

Monumento


2013


AERONÁUTICA.  

Recordando la caída del globo aerostático.

"Eduardo Newbery" 


en Claromecó.


Ing.  Aritides Dominguez.

El Museo Regional Aníbal Paz, de Claromecó, convoca a participar del descubrimiento de un monumento en recordación de la caída del globo Eduardo Newbery en la estancia San Francisco, a cien años del acontecimiento.
El mismo se realizará este sábado a las 17.30 con la concentración de público, mientras que a las 18 dará comienzo el acto propiamente dicho.
Al finalizar el acto de descubrimiento del monumento, se hará el traslado a Quelaromecó Espacio de Arte para ver la exposición de globos, paneles con la historia, película, etc.
En la fotografia pasando por la Plaza Central de Tres Arroyos



La historia.    
Según datos proporcionados por el Museo Aníbal Paz y del archivo de este diario, el mencionado globo había soltado amarras el 6 de diciembre de 1913 desde las instalaciones porteñas de la Sociedad Sportiva, cuyos tripulantes se proponían realizar una travesía hasta Mendoza. 
Ellos eran el teniente piloto Hernani Mazzoleni, los tenientes Edgardo Benavente, Agustín B. Verona y Eliseo Pisano y el entonces periodista de origen chileno Carlos F. Borcosque, quien años después adquiriría notoriedad primeramente como crítico de cine y luego como realizador de películas.
El globo, luego de navegar a la deriva algunos cientos de kilómetros por el territorio bonaerense, acertó a dirigirse más al sur, y fue así que para sorpresa de muchos tresarroyenses madrugadores, alrededor de las 6 de la mañana del 7 de diciembre se lo vio surcar el cielo de la ciudad. A las primeras voces de los vecinos que divisaron el aparato acercándose, que según relatan las viejas crónicas, fueron los recolectores de residuos domiciliarios, se sumaron prontamente las de muchos otros habitantes, generalizándose así un clima de bullicio y gritería ante la insólita visita.
Se pudo advertir que el globo seguía su trayectoria a baja altura, atravesó la ciudad y enfiló en dirección al sur. Se lo vio en primera instancia por el sitio donde se encuentra hoy la intersección de las rutas 3 y 228, mientras que al alejarse lo hacía en dirección al cementerio. Algunos de los testigos del hecho relataron además que podía divisarse a varias personas a bordo del aerostato.
Antes del mediodía se había podido establecer ya que el globo Eduardo Newbery había ido a caer en la estancia San Francisco, cerca del puesto de Bargas, a unos dos mil metros del mar, a cargo del señor Urrutia, quien fue el primero en llegar al lugar. Y luego, a través de una comunicación que hizo llegar el administrador de la estancia, Pedro Chimondegui, se señalaba que el aparato había caído a las 7.30 y que se había hecho saber la novedad al jefe de policía, comisario Fabio Dazo, quien había adoptado las medidas del caso.
Coincidentemente, se encontraba en la ciudad el entonces diputado provincial Pedro N. Carrera, quien era socio del Aero Club Argentino y amigo personal de la familia Newbery. Al tomar noticias del percance, ofreció su automóvil, que era uno de los pocos existentes por entonces en Tres Arroyos, el que fue utilizado por el comisario para llegarse hasta el lugar. El policía fue acompañado por el médico de la repartición, doctor Victor Grau, y otras dos personas, con los elementos de primeros auxilios que el caso requería.
Al anochecer la comitiva regresó a la ciudad trayendo consigo a dos de los tripulantes del globo. Eran los tenientes Eduardo Benavente y Eliseo Pisano, mientras que los tres compañeros restantes, -Borcosque, Varona y Mazzoleni- permanecían en el campo recibiendo atención debido a las heridas que recibieran en la caída.
Los tres fueron trasladados luego al Hospital Pirovano, donde completaron su curación sin inconvenientes. Allí Borcosque hizo un pormenorizado relato de la aventura,
cuando los tripulantes del globo Newbery, luego de haber comprobando la desviación del aparato a causa de los vientos, llegaron a divisar el océano. Ante el peligro inminente de que se estrellaran contra las aguas y perecieran ahogados, debieron rasgar el globo, precipitando así su caída en los médanos, aún a riesgo de recibir graves lesiones, que por fortuna no se produjeron.
El Eduardo Newbery, que había resultado bastante averiado a raíz de la frustrada aventura, fue convenientemente reparado una vez que se lo trasladó a Buenos Aires. Tiempo después, con el mismo globo, Bradley y Zuloaga lograrían concretar el cruce de la cordillera de los Andes.http://www.lavozdelpueblo.com.ar/nota.php?id=13170

En HISTARMAR:http://www.histarmar.com.ar/Puertos/Claromeco/CaidaGloboEdNewbery.htm

viernes, 18 de octubre de 2013

La Historia como tal.


   2013

Julio 
Argentino 
Roca: 

el mejor

presidente

Por :


Carlos E. Viana.


"Paz y administración". (
Lema de la campaña electoral de Roca, en 1880).
 La visión estratégica:
Comenzaba el año 1879 y la altiva República de Chile tenía dos proyectos para su expansión territorial: uno, ocupar la desierta Patagonia argentina; el otro, avanzar sobre los territorios del Pacífico que tenían Bolivia y Perú, ricos en guano y salitre. 
Se decidió por avanzar hacia el norte y el 14 de febrero de 1879 tomó el entonces puerto boliviano de Antofagasta, lo que dio origen a la segunda guerra del Pacífico, la cual duró cinco años.
En ese entonces, el gobierno argentino del presidente Nicolás Avellaneda ejercía su poder sólo sobre el 42 por ciento del actual territorio continental de nuestra Patria. 
Fue en esos momentos que elministro de Guerra, general Julio Argentino Roca, con un brillante sentido de la oportunidad estratégica, ya que dejaba a Chile fuera de juego, dado que esta nación no podía abrir un segundo frente, hizo que el presidente propusiera al Congreso nacional la Campaña del Desierto. 
La misma terminaría con la ocupación de los territorios que nos correspondían por nuestra herencia hispánica, que llegaban hasta el cabo de Hornos y hasta el norte del Chaco Argentino.

Aporte:
 
Agrego a lo expuesto que fue Estanislao Zeballos quien diseñó, a pedido de Avellaneda, el plan estratégico de la conquista del desierto en una obra titulada "la Conquista de 15.000 leguas".

Hay que leerlo para darse cuenta que dicha "campaña del desierto" no fue una campaña de exterminio del indio como lo presentan los progres, sino que estaba destinada a marcar la presencia de argentina en la patagonia y erradicar los malones de los indios araucanos (ladrones de hacienda y atacantes de poblaciones) que habían sometido a los tehuelches e impedían la explotación de riquísimas tierras al sur del Río Colorado.

También se predicaba la integración y respeto de las tríbus pacíficas. 
De hecho así se hizo con los famosos "manzaneros"El terror al malón: 
Para vislumbrar la magnitud de la amenaza y el terror en el cual vivían las poblaciones de la llamada frontera, recordemos que, en 1872, un ejército indígena estimado en 6.000 combatientes inicia, bajo el mando del cacique mapuche (chileno) Calfucurá, la llamada "invasión grande" a la provincia de Buenos Aires. 
Atacan los pueblos de General Alvear, Veinticinco de Mayo y Nueve de Julio, resultando muertos alrededor de 300 criollos, secuestradas cientos de cautivas jóvenes y robadas 200.000 cabezas de ganado. 
Este fue sólo el más importante de estos malones.

Ante esta situación, el entonces ministro de Guerra, Adolfo Alsina,firma, en 1875, un tratado de paz con el cacique Juan José Catriel, el cual lo rompe, atacando, junto con el cacique mapuche (chileno) Manuel Namuncurá, las localidades bonaerenses de Tres Arroyos, Tandil, Azul y otros pueblos y granjas, en una incursión incluso más sangrienta que la de 1872, matando cientos de gauchos y secuestrando numerosas cautivas, a las cuales se les cortaba el talón, para impedir que se escaparan de las tolderías, donde eran violadas y esclavizadas. Los mapuches habían invadido nuestro actual territorio austral desde Chile, matando y sometiendo a los tehuelches.

Incorporación de la mayor parte del territorio argentino: 
La Campaña al Desierto fue el mayor acto de soberanía nacional después de la guerra de la independencia. Incorporó al territorio nacional el dominio efectivo de casi el 60 por ciento del mismo y llevó la civilización a esas inhóspitas y violentas regiones. 
Roca repartió tierras entre sus soldados y trató bien a los indígenas que se pacificaron, doblándole la paga al soldado que se casaba con una india.

Prueba de ello es que el beato Ceferino Namuncurá, hijo y nieto de caciques mapuches violentos, como Namuncurá y Calfucurá, se incorporó a la civilización. 
Su padre, el cacique Manuel Namuncurá, fue designado coronel del Ejército argentino, como otros caciques indígenas.

La educación: 
Roca, ya presidente de la República, con el asesoramiento de Sarmiento, promulgó la célebre ley 1.420 de enseñanza laica, gratuita y obligatoria, una de las grandes medidas populares en la Argentina, que impulsó la alfabetización de todos los niños sin distinción. La ley de Servicio Militar Obligatorio, promulgada en su segunda presidencia, que establecía la alfabetización obligatoria de todos los soldados, hizo, junto con la 1.420, que la Argentina llegara a ser la nación más alfabetizada de América. Fue el mayor esfuerzo hecho para la educación popular en toda la historia argentina.

"Gobernar es poblar": 
A partir de 1880, cuando inicia su primera presidencia, se incentiva masivamente la inmigración europea. 
Muchos vinieron a trabajar en una cosecha y se volvían con lo ganado a Europa para sostener a sus familias, lo cual rompe el mito de la explotación. El hizo cumplir la ley de Inmigración dictada en 1876 por Avellaneda, otorgando a las personas que ingresaran al país concesiones para traer del extranjero elementos de trabajo, sin pagar impuestos, residencia sin costo en el hotel de inmigrantes y traslado gratuito hasta el sitio que fijaran para residir.

Agro, ferrocarriles, frigoríficos y puertos: 
Los ferrocarriles adquieren su gran desarrollo, en parte durante sus dos presidencias, integrando el territorio nacional y favoreciendo la producción agropecuaria que hizo de la Argentina el granero del mundo, creándose miles de puestos de trabajo. El crecimiento económico de la Nación jamás alcanzó la velocidad y expansión que tuvo, en parte, durante su segundo gobierno.

Comunicaciones:
 
En sus presidencias, el desarrollo de la telegrafía argentina llegó a 50.000 kilómetros, terminándose en 1905 el enlace telegráfico que unía Cabo Vírgenes, en el estrecho de Magallanes, con la red nacional.

Profesionalización de las FF. AA: 
Profesionalizó y despolitizó al Ejército y a la Armada, que estuvieron sujetos al poder civil, salvo minorías que participaron en los intentos de golpe de Estado de 1890 y 1893, que él hizo fracasar, salvando la continuidad de la Constitución nacional. 
Todas sus participaciones en los conflictos internos fueron en defensa de la Constitución nacional.
Régimen electoral:
 
En el plano electoral, en 1904, mediante su ministro del Interior, Joaquín V. González, promulgó la ley de elección por circunscripción uninominal, que permitió la entrada al Congreso nacional del doctor Alfredo Palacios, el primer diputado socialista de América.

Diplomacia, FF. AA. y soberanía: 
Con Chile, sentó, en los tratados de 1882 y 1902, la soberanía argentina, en una diplomacia apoyada por el derecho internacional y el poderío que Roca les había dado a la Armada y al Ejército argentinos. En 1902, con motivo del bloqueo naval que Gran Bretaña, Alemania e Italia impusieron a Venezuela, para cobrar las deudas que tenía con ellas, el ministro de Relaciones Exteriores de Roca, Luis María Drago, estableció la doctrina que lleva su nombre, mediante la cual las deudas de naciones americanas no se pueden cobrar por la fuerza bélica.

Una vida entregada a la Patria:
 
Hijo de un coronel de la guerra de la independencia que actuó junto a San Martín, Roca, como subteniente de artillería, se negó a rendir su batería a los porteños en la batalla de Pavón, siendo el último en retirarse. 
Combatió en la Guerra del Paraguay, donde perdió a dos de sus hermanos y a su padre; derrotó al golpista López Jordán, que mató a Urquiza, y venció a los mitristas cuando estos intentaron dar un golpe de Estado contra la elección de Avellaneda.

Coraje político y sabiduría
Nunca temió a la inteligencia y a la capacidad. 
Siempre se rodeó de una aristocracia de la inteligencia, como Carlos Pellegrini, Bernardo de Irigoyen, Joaquín V. González, Luis María Drago, Emilio Civit, Luis María Campos, Rosendo Fraga, Pablo Ricchieri e intelectuales sobresalientes, como Paul Groussac, Miguel Cané, Eduardo Wilde y Luis Sáenz Peña.
Los que quieren remover su imagen:
Lo hacen más por prejuicios políticos, ya que él tenía una orientación conservadora-liberal-progresista, que creía en la evolución, no en la cruel violencia revolucionaria; en cambio, ellos deambulan entre el sometimiento a regímenes autoritarios y su admiración por Estados totalitarios. Es probable que esta sea una maniobra distractiva para la opinión pública, pero están ensuciando el honor nacional. Debemos contestarles.

Deberían tomar conciencia, los círculos del gobierno que atacan la figura de Roca, que, si no hubiera sido por él, Río Gallegos y el Calafate no existirían o pertenecerían a otro Estado; que gracias, en parte importante, a él saben leer y escribir y que nacieron en nuestro territorio por la promoción que él hizo de la inmigración.
 
Dentro de la corriente política y cultural que organizó la República, le dio fisonomía propia e impulsó su progreso, transformando un desierto en la Nación más civilizada de América. Por ello sobresalió Julio Argentino Roca, el mejor presidente que tuvo la República Argentina.
Carlos E. Viana :
es autor del libro El escenario político sobreiluminado, miembro del Centro de Estudios Políticos de la UMSA y profesor de teoría política en la UAI.

lunes, 15 de abril de 2013
























          2013



Luis Cenobio Candelaria.
Teniente Ingeniero Militar.
El mismo cielo, otras alas,
Ángeles de la misma escuela,
En los Andes . . .  o en Malvinas.
Nota del Ingeniero:
Aristides Dominguez. 
El día 13 de abril de se cumplieron 95 años del primer cruce de los Andes por un aparato más pesado que el aire, por el Ingeniero Militar LUIS CENOBIO CANDELARIA, que con un monoplano Morane Saulnier Parasol con motor de 80 HP partiendo de Zapala Neuquen llegó a Cunco en Chile. 
Este es un recuerdo de ese 13 de abril de 1918 .
El teniente Luis Cenobio Candelaria había nacido en Buenos Aires el 29 de octubre de 1892. Egresado en 1916 del cuarto curso de la escuela Militar de Aviación, aspira como muchos otros pioneros de la época a realizar el cruce de la Cordillera de Los Andes en aeroplano, para lo cual efectúa detenidos y profundos estudios en la zona del Neuquén y proyectó el Raid con cuidadosa precisión.El 2 de abril de 1918 traslada su avión Morane desde el Palomar a Cañuelas y desde allí es cargado en un tren con destino a la ciudad neuquina de Zapala. Cuatro días después, la máquina es armada y alistada para el vuelo. Se llevan a cabo dos tentativas los días 8 y 10, que reportaron valiosas experiencias. Finalmente, el 18 de abril de 1918, Candelaria cumplió la travesía que constituyó una hazaña memorable. Por primera vez se había cumplido un vuelo sobre los Andes uniendo a Argentina con Chile.

Hubo una profunda fe en Candelaria y sus colaboradores para concretar la empresa. La velocidad máxima del Morane Saulnier llegaba a los 140 kilómetros y su autonomía de vuelo alcanzaba sólo a tres horas y media. El avión estaba constituido de madera y revestido con tela de lino. Su instrumental se redujo a los niveles de combustible y aceite, mientras que los datos meteorológicos fueron nada más que la observación del cielo claro y vientos calmos. El destino fue el desconocimiento total de la zona chilena, naturalmente sin aeródromo.
En 1955, se traslada a Tucumán donde reside hasta el final de sus días. Fallece el 25 de diciembre de 1963 a la edad de 71 años.
Siendo ya su fin y en presencia de su esposa Francisca Ángela Rampone, dicta a su hija Ana Luisa las instrucciones a seguir después de su muerte y una de ellas expresaba su deseo de ser sepultada en Zapala. Pide, además, que se construyera en el cementerio de esa localidad neuquina una simple tumba de mármol blanco, con una cruz blanca y sin adornos, con una sola inscripción “13 de abril de 1918”. Estos deseos fueron cumplidos, años después, cuando sus restos fueron trasladados desde Tucumán a Zapala, los pobladores lo consideraron como un hijo dilecto.

El Aeropuerto Internacional de San Carlos de Bariloche, en la provincia argentina de Río Negro, lleva en su honor el nombre de "Teniente Luis C. Candelaria".

jueves, 7 de marzo de 2013

2013

Octubre de 1975.         
Ataque al
regimiento 29
de Infantería 
(Formosa) 
Emocionante!

Colaboración :
Marian 

San Martín.

Facebook.

Fuente :
"El Informante."
M.E.G.
Noticias de 
Clorinda.Formosa. 
Hermindo Luna tenía 20 años y era hijo único. Había entrado al Servicio Militar sin siquiera saber leer ni escribir, porque este tape gaucho sólo sabía del monte y de hachar quebracho al sol con 40 grados de calor.

No sabía nada de Marx ni de Lenin, ni de la "lucha de clases" o la "plusvalía". Y con ser como era le bastó y sobró para ser un argentino bien nacido. Es difícil comprender, en nombre de qué pueblo decían luchar sus asesinos.

Sus superiores lo consideraban un "sobresaliente soldado" de la Sección Exploración de la Compañía Comando. 

Todos recordaban con una sonrisa aquella dos veces que se había quedado dormido en el toque de diana y comenzó su día en una pileta.

Sus padres fueron a retirar el cuerpo de luto y descalzos, porque eran gente muy pobre de un paraje del interior de Formosa. No tenían nada, excepto a su hijo, y se lo obsequiaron a la Patria, con el corazón desgarrado por el dolor pero con dignidad, y jamás recibieron una condecoración póstuma.

Esa es la Argentina profunda, sencilla y ancestral, que en el primer lustro de la década de 1970 se estaba defendiendo de la agresión armada de Bandas Terroristas apoyadas por Estados extranjeros - entiéndase, Terrorismo de Estado- y animadas por ideologías completamente ajenas a nuestra esencia y origen.

http://www.taringa.net/posts/info/3337531/Ataque-al-regimiento-de-Infanteria-Formosa-Emocionante.html


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05 de Octubre de 1975: Ataque al Regimiento de Infanteria de Monte 29


Montoneros ataca a un Regimiento del Ejército Argentino.

Extraido de una publicación de NUESTRA HISTORIA .
El 5 de Octubre de 1975, día domingo y en horas de la tarde, cuando la masa de los efectivos se encontraban franco de servicio, Montoneros, organización declarada ilegal por el gobierno Constitucional el 8 de septiembre de 1975, llevó a cabo la más importante y compleja operación militar realizada hasta el momento, denominada “Primicia”. El plan consistía en un ataque para copar el Regimiento de Infantería de Monte 29 sito en Formosa con la finalidad de robar armamento y lograr un gran impacto psicológico en la población.En el libro “La Voluntad”, sus autores, Eduardo Anguita (ERP) y Martín Caparrós (Montoneros), señalan que: “Desde tiempo atrás la organización había decidido dar un nuevo salto cualitativo en su estructura: la construcción formal de un “ejército Montonero” que, decían, sería un ejército popular que se convertiría en un ejército regular instruido y capacitado en el manejo de armamento pesado para encarar operaciones de envergadura y complejidad superior”. Expresamos que fue una operación compleja debido a la cantidad de efectivos y medios empleados, lo complicado de su planeamiento, las características del blanco y los objetivos que perseguían . En su planeamiento y ejecución, debieron resolver distintos problemas que le planteaba el concepto de la operación a realizar: secuestrar un avión de línea en vuelo para utilizarlo como vehículo de evasión y transporte del armamento sustraído, robar otro avión más pequeño ( para evacuar a los jefes en caso de fracaso del intento) copar el aeropuerto local mientras se iniciaba el ataque por sorpresa al regimiento con 70 combatientes llegados sincronizadamente de diferentes lugares. Después de robar el armamento, replegarse al aeropuerto, cargar las armas y al personal participante y despegar de inmediato para aterrizar en un campo de la provincia de Santa Fé y desde allí, empleando vehículos propios dispersarse y trasladar el armamento a depósitos ya previstos.

Los efectivos que atacaron el cuartel provenían de distintas partes del país y por ello tuvieron que utilizar 5 bases de operaciones (Capital Federal, Rosario, Santa Fe, Resistencia y Formosa). 
En el ataque se utilizaron alrededor de 60 combatientes y más de 10 vehículos, variadas armas de fuego, explosivos y elementos de comunicaciones. Para el planeamiento y ejecución contaron con la complicidad del soldado Mayol –miembro de Montoneros- que cumplía el servicio militar en el Regimiento y que, traicionando a sus compañeros de conscripción, hizo de entregador y facilitó el ataque donde murieron , entre otros, 10 soldados.
El ingreso al regimiento lo hicieron por la puerta posterior del cuartel, donde el mencionado Mayol redujo a otro soldado de guardia y posibilitó el acceso. El cuartel fue así sorprendido pero, descubierto el ataque, la Guardia, el Grupo Retén y otras fracciones aisladas lo repelieron y dieron tiempo a que oficiales y suboficiales –que vivían en barrios próximos- se organizaran en pelotones y a los 10 minutos de escuchar los disparos, estuvieran participando en el combate.
Fue un elemento motivador de la defensa, el alevoso ataque a los soldados que descansaban en el dormitorio de la guardia, matando a varios de ellos. A partir de allí la resistencia se multiplicó. 
A partir del momento en que el combate les fue desfavorable, los atacantes huyeron hacia el aeropuerto con varios heridos en dos de los vehículos que quedaron en condiciones y con sólo 18 fusiles FAL ( de los 200 previstos) 1 FAP y la pistola del subteniente Masaferro que asesinaron cuando salía del interior de un dormitorio de soldados , dejando 16 muertos propios en el cuartel y llevando varios heridos. Por su parte , los defensores tuvieron 12 muertos (1 oficial, 1 suboficial y 10 soldados) y 19 heridos. Momentos antes del ataque al cuartel, Montoneros había destacado 3 vehículos con dos pelotones al aeropuerto “El Pucú” de la ciudad de Formosa. Allí se produjo un enfrentamiento con 4 efectivos de Gendarmería, uno de los cuales resultó herido. El personal de la fuerza de seguridad fue dominado, aunque pudo dar la alarma.
Un vehículo policial que había llegado para recibir al interventor de la provincia, sin saber lo que estaba pasando, fue atacado por sorpresa. Como consecuencia de este ataque, murió un agente y fueron heridos un oficial y otro agente. Después de ello y cuando ya se había iniciado el ataque al cuartel, aterrizó el avión Boeing capturado. Los pasajeros fueron obligados a permanecer en el aeropuerto, el avión fue reabastecido de combustible y colocado en la cabecera de la pista listo para despegar a la espera de los atacantes que tenían que fugar con las armas sustraídas.Simultáneamente los terroristas subversivos huían del regimiento en los dos vehículos que no habían sido destruidos en dirección al aeropuerto. Embarcados, partieron en el Boeing hacia un campo en proximidades de la localidad María Susana de la provincia de Santa Fé.
La precariedad de la “pista” preparada determinó que el avión averiara su tren de aterrizaje sin otras consecuencias. Una vez arribados, se dispersaron rápidamente empleando los vehículos que los esperaban. ( A poco de llegar, las fuerzas legales, encontraron en un pozo de agua abandonado próximo, 16 de los fusiles robados)
Atacantes muertos dentro del regimiento que figuran como desaparecidos.
Entre los muertos montoneros, cinco de ellos no pudieron ser identificados por no tener documentos ni ir familiares a rescatar sus cuerpos. A raíz de esto y por orden del juez, se enviaron las huellas dactilares a la Policía Federal en Capital Federal, mientras se enterraban los cuerpos en el cementerio Norte, ya en descomposición, como “NN”.
Pasado cierto tiempo volvió el expediente con la identificación pertinente, resultando ser: Oscar Ramón Boero, Reinaldo José Ramón Briggiler, José Daniel Graziano, Jorge Alberto Vivieres y Alfredo Rubén Velásquez.
Los 5 terroristas nombrados, muertos al atacar el regimiento, figuran como “DESAPARECIDOS” en el Anexo 1 de la CONADEP ; en el libro “Memoria debida” de D’andrea Mohr Ed. 1999 y en internet en el lugar www.desaparecidos.org .En este último registro figura que la familia de Alfredo Rubén Velásquez cobró por el “desaparecido” (Ley 24.411) la cantidad de casi $ 250.000 ( a la fecha, un peso era igual a un dólar).
PARA VER VÍDEOS – Hacer clic en los enlaces de abajo
5DE OCTUBRE DE 1975 ATAQUE TERRORISTA FORMOSA Parte 1
5 DE OCT. DE 1975 ATAQUE TERRORISTA EN FORMOSA Parte 2

Para los familiares de los muertos en el regimiento, la ley no previó nada similar por ser víctimas de terroristas . 
Sólo beneficia a las víctimas a manos de las FFAA.
Repercusiones en medios de comunicación escritos. Los diarios y revistas dieron gran importancia al hecho, porque esto fue una demostración más del crecimiento y continuación de las actividades terroristas subversivas.
La publicación de los atacantes “Evita Montonera” relató el desarrollo de la operación y en él se refirió en especial al comportamiento de los soldados de guardia y retén. “Los Soldados -armados o desarmados en algunos casos- desobedecieron la orden de rendición, en todos los casos presentaron fuerte resistencia y en algunos casos esa resistencia fue suicida………en el ataque al cuartel una regla general fue que los Soldados cuando podían, escapaban de los lugares atacados por nuestras fuerzas, pero ninguno soltaba el fusil y una vez a distancia buscaban parapetarse para iniciar el fuego”.

Por otra parte, en el libro “Galimberti. De Montoneros a la CIA” de los periodistas Larraquy y Caballero, se hace referencia en la página 247 a “Tonio” nombre de guerra de Pablo González Langarica participante en el ataque, quien relató que en la ocasión, “había vuelto a Buenos Aires impactado por la ferocidad con que los soldados conscriptos defendieron el cuartel. Pensaba que iba a toparse con provincianos adolescentes más interesados en levantar los brazos que responder con balas. Esa tarde comprobó que Montoneros estaba más lejos del pueblo que lo que suponía.”

Declaración de la Cámara de Diputados de la Nación, en repudio
El día 29 de Octubre de 1975, la Cámara de Diputados de la Nación ( Ver componentes en el Anexo del Boletín Nro 19) emitió una declaración expresando en los aspectos más salientes lo siguiente: (Ver Diario de Sesiones página 4920 – Capítulo 14 ) :
“Que reitera su más terminante repudio a la violencia criminal que está asolando al país con diversas formas de terrorismo y de guerrilla en perjuicio de toda la población……………….”“Que ninguna variante del crimen político organizado tiene posibilidades de acceder al poder político en Argentina, lo cual torna doblemente inútil e inhumana su acción”. “Que reitera su solidaridad con las Fuerzas Armadas, de Seguridad y de la Policía, al haber asumido en esta oportunidad la integralidad legal de la   represión                                              ”.“Que los representantes del pueblo se sienten también actores responsables, en el marco de su actuación, junto con esas Fuerzas e instan al pueblo para colaborar estrechamente en la medida de sus posibilidades.” 
( Lo resaltado en el comunicado es nuestro )
Debe señalarse particularmente que todo lo ejecutado por el regimiento fue un acto de legítima defensa, no sólo del cuartel, sino de la libertad y de las instituciones de la república, idea posicionada en la opinión pública formoseña la que rememora la brutalidad del ataque y recuerda a los soldados y cuadros muertos como si fueran familiares. Tan es así, que por disposición del gobierno provincial, en la semana del 5 de octubre, en las escuelas se dan clases alusivas al hecho y en los actos recordatorios de la fecha , desfilan a la cabeza de las tropas “los veteranos del 5 de octubre” y los “veteranos de Malvinas”además de las tropas , 

escuelas, etc.
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De la Redacción de buendianoticia.
¿Tienen memoria?
Garre, Diana Conti, Tomada, y algunos segundas lineas de este gobierno, que sus integrantes tiene las manos y el alma manchadas de sangre inocente, ellos que hoy prometen Derechos Humanos . . . para cuanto criminal anda suelto, sean Troskistas, Marcistas, Leninistas, Castristas, Chavistas, Iranies, o de salideras bancarias. Tengo claro que cuando no puedan mentír más, que cuando la Historia, pero la de verdad, no la de la Ley de Medios, salga a la luz,
muchos argentinos no podrán mirar de frente a nadie, si tienen que confesar que hoy votan esa lacra.
El Director.

sábado, 24 de noviembre de 2012










EL 22 DE NOVIEMBRE CONMEMORAMOS EL DIA DE LA FLOR NACIONAL 

 ¡LA FLOR DE CEIBO.. !
 Por :
Juan Diego Carbone.
Fuente:
El Talar Noticia.

Cuenta la leyenda que en las riberas del Paraná, vivía una indiecita fea, de rasgos toscos, llamada Anahí. Era fea, pero en las tardecitas veraniegas deleitaba a toda la gente de su tribu guaraní con sus canciones inspiradas en sus dioses y el amor a la tierra de la que eran dueños... 

Pero llegaron los invasores, esos valientes, atrevidos y aguerridos seres de piel blanca, que arrasaron las tribus y les arrebataron las tierras, los ídolos, y su libertad.
Anahí fue llevada cautiva junto con otros
indígenas. 

Pasó muchos días llorando y muchas noches en vigilia, hasta que un día en que el sueño venció a su centinela, la indiecita logró escapar, pero al hacerlo, el centinela despertó, y ella, para lograr su objetivo, hundió un puñal en el pecho de su guardián, y huyó rápidamente a la selva.
El grito del moribundo carcelero, despertó a los otros españoles, que salieron en una persecución que se convirtió en cacería de la pobre Anahí, quien al rato, fue alcanzada por 
los conquistadores. 

Éstos, en venganza por la muerte del guardián, le impusieron como castigo la muerte en la hoguera.
La ataron a un árbol e iniciaron el fuego, que parecía no querer alargar sus llamas hacia la doncella indígena, que sin murmurar palabra, sufría en silencio, con su cabeza inclinada hacia un costado. Y cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol, identificándose con la planta en un asombroso milagro.
Al siguiente amanecer, los soldados se encontraron ante el espectáculo de un hermoso árbol de verdes hojas relucientes, y flores rojas aterciopeladas, que se mostraba en todo su esplendor, como el símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento. 


Habia nacido la hermosa flor de ceibo, que nos recordaría para siempre el martirio de la cautiva a manos del despótico invasor...!!!

NUESTRO HOMENAJE A LA PRINCESITA GUARANÍ  QUE DIO SU VIDA A CAMBIO DE LA LIBERTAD...!!! MUY FELIZ DIA DE LA FLOR NACIONAL, LA FLOR DE CEIBO...!!!

martes, 20 de noviembre de 2012

El ejemplo, para recordar, por la memoria. . .



Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín.

 



Por:

Celina Graciela Fernandez.

Código de Honor.


De la misma forma en la que San Martín reclamaría de los granaderos el acatamiento de una conducta ejemplar frente a la sociedad y el Ejército, haría caso irrestricto de tales disposiciones sosteniendo como forma de vida la política de "predicar con el ejemplo".
La férrea disciplina, el culto al valor y al honor, la exigencia y rigurosidad en la instrucción física y militar quedarían entonces patentes en las siguientes disposiciones, establecidas en aquel entonces como la lista de "Delitos por los cuales deben ser arrojados los oficiales", a fin de establecer una norma de conducta para los oficiales del regimiento que sentara el ejemplo para el resto de la tropa. Esta dicta:
Por cobardía en acción de guerra, en la que aún agachar la cabeza será reputado tal.
Por no admitir un desafío, sea justo o injusto.
Por no exigir satisfacción cuando se halle insultado.
Por no defender a todo trance el honor del cuerpo cuando lo ultrajen a su presencia o sepa ha sido ultrajado en otra parte.
Por trampas infames como de artesanos.
Por falta de integridad en el manejo de intereses, como no pagar a la tropa el dinero que se haya suministrado para ella.
Por hablar mal de otro compañero con personas u oficiales de otros cuerpos.
Por publicar las disposiciones internas de la oficialidad en sus juntas secretas.
Por familiarizarse en grado vergonzoso con los sargentos, cabos y soldados.
Por poner la mano a cualquier mujer aunque haya sido insultado por ella.
Por no socorrer en acción de guerra a un compañero suyo que se halle en peligro, pudiendo.
Por presentarse en público con mujeres conocidamente prostituidas.
Por concurrir a casas de juego que no sean pertenecientes a la clase de oficiales, es decir, jugar con personas bajas e indecentes.
Por hacer un uso inmoderado de la bebida en términos de hacerse notable con perjuicio del honor del cuerpo.
Tiempo después, y en virtud de los valores que inculcara en el Regimiento de Granaderos a Caballo, diría el mismo San Martín:



sábado, 17 de noviembre de 2012

Para tener en cuenta


MOVIMIENTO SANMARTINIANO REPUBLICANO 

FEDERAL.



Me tomé el atrevimiento de poner color al título.

No por capricho personal, sino por que la divisa amerita identidad.
Verde: es el color color de la vida, del cuidado del medio ambiente, de la continuidad del planeta, la raza y la historia.
Bordó: la sobriedad del general no permitiría otro color de identificación y el negro no es de vida.
Azul: fue su uniforme, es el de los Granaderos, y es el color Unitario de Patria, una sola para todos.
Rojo: como la sangre de todos los argentinos que perdieron su vida en distintas circunstancias, y es el color del federalismo 
que nunca más se debe perder, es más a partir de ahora, profundizarlo y arraigarlo en la mente y el corazón de cada uno, para que SI, sea para todos .

Los creadores del Movimiento deberán aprobar la
idea, para QUE TENGA VIGENCIA. 
Pero como la idea es fundadora de un tiempo nuevo, su presentación no puede esperar.
Una entidad aglutinante de la ciudadanía, para lograr el éxito final debe mostrar sus atributos, poner en claro cuales son sus propósitos  y declarar sus principios.
Como no se trata de un partido político, sino de un frente que aglutina ideas ciudadanas, 
para lograr concenso, aquí tiene el espacio
para que : NADIE CONFUNDA, ni se equivoque con el proyecto, que no tiene otro dueño, que el respeto y respaldo a :
La Constitución Nacional y la Ley.
El Director.
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MOVIMIENTO SANMARTINIANO REPUBLICANO FEDERAL.



Tiene fundamentos filosóficos,  en la misma vida del Padre de la Patria, y en la respuesta que dejaron quienes fueron herederos de su nombre y
su respeto ciudadano.
El historiador Oscar Fernando Larrosa, en dos ensayos históricos, nos da
claras muestras de lo antes dicho.


LA ÚLTIMA BATALLA DEL GENERAL SAN MARTIN.
Oscar Fernando Larrosa (h).
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres, mi canción.
Antonio Machado.



EL CONFLICTO

En 1844 las tropas del Presidente constitucional uruguayo Manuel Oribe, apoyadas por Rosas y Urquiza pusieron sitio a la ciudad de Montevideo
amenazando el refugio de los unitarios exiliados y de varios miles de franceses e ingleses que la habían tomado como factoría del imperio. Fructuoso Rivera, quien había usurpado el gobierno con ayuda francesa, era el jefe nominal de esa especie de brigada internacional en la que se mezclaban los intereses comerciales de las
potencias europeas con las rencillas políticas internas del Plata, y a la que se sumaban algunos aventureros como el italiano Giuseppe Garibaldi.

Atendiendo a los “justos reclamos de sus súbditos”, como dijera Sir Robert Peel en el parlamento británico, las dos principales potencias mundiales, Francia e Inglaterra deciden intervenir para imponer sus intereses comerciales, no ya
solapadamente como hasta entonces sino de modo directo en la que fuera, tal vez, la mas injusta acción militar de dos potencias extranjeras en América. 
Para ello bloquearon el puerto de Buenos Aires con sus escuadras y dejando de lado los 
regodeos diplomáticos, reclamaron al Jefe de las Relaciones Exteriores de la  
Confederación la libre navegación de los ríos interiores.
El General Rosas, que no había reconocido la independencia del Paraguay ni 
aceptaba la creación inglesa del Estado-tapón en Uruguay, porque a ambas las 
seguía considerando provincias argentinas no tenía la mala costumbre de acatar

los “deseos” ni las imposiciones de países extranjeros. 
Por ello rechazó de modo 
terminante la pretensión de los interventores de navegar los ríos interiores sin 
someterse a la jurisdicción de las leyes argentinas.

El desarrollo del conflicto adquirió un cauce dinámico.
Hubo duros cruces de 
protestas diplomáticas entre el canciller de la Confederación Argentina Felipe 
Arana y las cancillerías de las potencias extranjeras. 


Las escuadras interventoras 
capturaron la isla Martín García y a la escuadra naval argentina, que no ofreció 
resistencia por orden de Rosas. 


El Almirante Brown diría, en nota dirigida al

gobernador:
“Tal agravio demandaba el sacrificio de la vida con honor, y sólo la 
subordinación a las supremas órdenes de V.E.  para evitar la aglomeración de 

incidentes que complicasen las circunstancias, pudo resolver al que firma a arriar 
un pabellón, que durante treinta y tres años de continuos triunfos ha sostenido 
con toda dignidad en las aguas del Plata”.


                                Almirante Guillermo Brown.

Las naves argentinas fueron repartidas por los “negociadores” diplomáticos Ouseley  y Deffaudis entre las dos escuadras y algunas de ellas fueron entregadas al aventurero Garibaldi y su horda de mercenarios, quienes se dedicaron a saquear y masacrar a las poblaciones ribereñas de Gualeguaychú, Colonia y Salto.

La flota interventora se aprestaba a remontar el Paraná con noventa buques mercantes y once de guerra, entre los que se encontraban los primeros buques propulsados a vapor. 
La idea de los interventores era “luchar por los grandes  principios de la humanidad contra el tirano sangriento del Plata” y, aprovechando 
el viaje, colocar su producción industrial en nuestro país, comerciando directamente con cada provincia, a fin de crear republiquetas dóciles a sus designios.

Entre tanto el Litoral se preparaba para la guerra. La estrategia criolla era, igual que en 1806 y 1807, resistir como fuera y con lo que se tuviera.
En un recodo del río llamado Vuelta de Obligado fueron atravesadas tres líneas  de cadenas sostenidas por lanchones y atadas en un extremo a tres anclas y en su otro extremo al bergantín “Republicano”, al mando del capitán Tomás Craig,
para que se supiera que el paso no era libre y que había que batirse para forzarlo.
Desde la costa, las tropas de la Confederación Argentina al mando del General Lucio Norberto Mansilla, con cañones de la época colonial, fusiles de chispa, lanzas y bayonetas, esperaban a la flota anglo francesa.

SAN MARTIN Y ROSAS
En 1838 cuando se produjo el primer bloqueo francés, a raíz del incidente promovido por la impertinencia del supuesto cónsul Aimé Roger, 
San Martín 
escribió su primer carta al Jefe de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina, Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas. 
En ella, luego de comentar los motivos de su ostracismo, el Libertador le decía:
“ He visto por los papeles públicos (diarios) de ésta, el bloqueo que el gobierno francés ha establecido contra nuestro país; ignoro los resultados de ésta medida; si son los de la guerra, yo sé lo que mi deber me impone como americano; pero en mis circunstancias y las de que no se fuere a creer que me supongo un hombre necesario, hacen, por un exceso de delicadeza que usted sabrá valorar, si usted me cree de alguna utilidad que espere sus órdenes; tres días después de haberlas
recibido me pondré en marcha para servir a la patria honradamente, en cualquier clase que se me destine. 
Concluida la guerra me retiraré a un rincón, esto es si mi país ofrece seguridad y orden; de lo contrario regresaré a Europa con el 
sentimiento de no poder dejar mis viejos huesos en la patria que me vio nacer”.

Con ésta sencillez, el más grande héroe de la República, a los sesenta años de edad se ofrecía a combatir “en cualquier clase que se le destine”.
Esta carta dio inicio a una larga y efusiva amistad epistolar entre el General San Martín y Don Juan Manuel, cuyo corolario fue la donación del glorioso sable corvo del Libertador a Rosas y los sucesivos homenajes de éste a San Martín en 
sus mensajes anuales a la Legislatura porteña. 

Durante muchos años, y a instancia de algunos historiadores antirrosistas, se sostuvo que la donación del sable fue  
producto de un acto de desvarío senil del Libertador. 

Nada más alejado de la verdad. 
Verdad que se ha mantenido en las sombras para justificar la traición a la Patria de unos cuantos “prohombres de la República”.

Nuestro Padre de la Patria, el hacedor de la Independencia de Sud América, había pronosticado en febrero de 1834 (en una carta a Tomás Guido) que solo un hombre con las características personales de Rosas podía enderezar el rumbo de
nuestra tierra y supo luego, en el transcurso de los conflictos con Inglaterra y Francia, que a Don Juan Manuel le había sido dado el honor de completar la gesta emancipadora que José Francisco de San Martín iniciara una mañana de l813, 
cuando 

el sol comenzaba a resplandecer, frente al convento de San Lorenzo.
Nadie mejor que él sabía, de que se trataba, cuando se hablaba de la libertad de América.
Rosas le contestó con una carta, en la cual le afirmaba que no creía que hubiera guerra y que 
igualmente consideraba que el Libertador podría servir mejor a la Patria desde Europa, haciendo uso de su prestigio a favor del país. 
El tiempo daría razón a su apreciación.


LA CARTA DE SAN MARTIN A JORGE F. DICKSON.

En 1845, en pleno desarrollo del conflicto en el Plata, San Martín vivía en 
Grand Bourg, localidad situada en las afueras de París; con su hija Mercedes, su hijo político Mariano Balcarce y sus dos nietas, Merceditas y Josefa (la Pepa).
La salud del General, que nunca había sido buena tenía crónicas recaídas que le producían graves padecimientos. 
Sufría de reumatismo y gastritis a los que se sumaba una progresiva ceguera por cataratas más las secuelas de sus heridas de guerra y de un ataque de cólera. 
A éstos dolores se sumaban, la constante añoranza de la patria lejana; pues, Don José Francisco, aún hasta pocos días antes de su muerte siguió soñando con el retorno a su tierra prometida.
Siempre deseó volver a esa Buenos Aires de la que se había ido hastiado de que lo persiguieran como a un criminal o de que intentaran involucrarlo en
alguno de los partidos que desangraban a la Patria por la que él y sus heroicos soldados habían luchado.
Durante su estancia en Nápoles,  adonde había concurrido por prescripción médica se presentó la oportunidad de actuar nuevamente a favor de su patria. 
Ya no sería como en San Lorenzo y Chacabuco, sable en mano y al galope, con el corazón en la garganta; ni como en  Cancharrayada,  donde aguantó la carga de fusilería de un regimiento español tratando de salvar su ejército.
 Aún así  el viejo General usaría las armas que el tiempo y las miserias humanas no pudieron
doblegar: su genial visión estratégica, el enorme prestigio militar acumulado en sus campañas y la confianza ciega en el coraje de sus paisanos. 
Un año antes, Rosas había revitalizado los bonos del empréstito Baring al 
enviar a Londres una remesa de sesenta mil pesos plata para abonar intereses 
caídos, lo que produjo la algarabía de sus tenedores que ya los daban por 
perdidos. 


Al producirse el bloqueo, los bonos volvieron a caer, gestando una 
sorda oposición (en especial de la Casa Baring) al mentor de esa medida, Lord
Aberdeen.
El representante de la Confederación en Londres, el empresario anglo 
argentino Jorge Federico Dickson, quién tenía importantes intereses comerciales 
en el Río de la Plata, le solicitó su opinión al Libertador sobre las posibilidades

de éxito de la intervención anglo francesa en el Plata. San Martín, que seguía al 
detalle la situación de la Argentina y conocía la oposición de los financistas y 
comerciantes ingleses, escribió la siguiente carta:


"
de Londres el 12 de febrero de 1846 cuando todavía no se conocían en Europa 
los hechos acaecidos en la Vuelta de Obligado:>
“Hemos sido favorecidos con la siguiente traducción de una carta del 
general San Martín a un caballero que le pidió su opinión sobre el tema de la 
intervención armada de Inglaterra y Francia en los asuntos de la República del 
Río de la Plata. Estimamos casi innecesario informar a nuestros lectores que el 
general San Martín es el distinguido jefe que sucesivamente llevó a término la 
liberación de Buenos Aires, Chile y Perú del yugo español, y cuya travesía de los 
Andes al frente del ejercito libertador, fue considerado como un hecho que en 
muchos aspectos rivaliza con el paso de los Alpes por Napoleón. 

El general San 
Martín es nativo del virreinato de Buenos Aires, y por su completo conocimiento
del país y de sus conciudadanos, a los que tantas veces llevó a la lucha y a la 
victoria, no hay hombre viviente que esté tan bien capacitado para opinar sobre 
la materia como él, ni ninguno que tenga mas títulos a ser respetado. 

Como hace 
tiempo que se retiró de la vida pública, y reside en Europa, donde al parecer ha 
decidido pasar el resto de sus días, no tiene más interés en el asunto, sino el que 
naturalmente debe suponerse sienta por el honor y bienestar de su país, su 
opinión debe considerarse absolutamente imparcial. Sobre ella llamamos 
intensamente la atención de nuestros lectores.”

Nápoles, diciembre 28, 1845.
“Mi querido amigo: 
He sido informado de su deseo de tener mi opinión
sobre la presente intervención de Inglaterra y Francia en la República 
Argentina, tengo no solo mucho placer en exponérsela a usted sino que lo haré 
con la franqueza de mi carácter y con la más perfecta imparcialidad, 
lamentando solamente que el mal estado de mi salud me impida entrar en los

muchos detalles que la importante cuestión merece.
No pienso necesario entrar a investigar la justicia o la injusticia de tal 
intervención, ni los perjudiciales resultados que traerá para los ciudadanos de

ambas naciones la paralización absoluta de las relaciones comerciales, como 
también la alarma y desconfianza que lógicamente dicha interferencia habrá 
provocado en los nuevos estados de Sud-América. 

Debo limitarme a inquirir si 
las dos naciones interventoras tendrán buen éxito en el logro del fin que se han 
propuesto con las medidas coercitivas que han empleado hasta el presente 
momento o sea la pacificación de ambas orillas del Plata. 

Debo declarar a Ud. 
mi firme convicción de que no podrán tener buen éxito; por el contrario, su 
modo de proceder hasta el día de hoy no producirá otro efecto que prolongar 
por tiempo indefinido los males que se proponen remediar y que no hay humana 
predicción capaz de fijar una fecha probable a la pacificación que tan 
ansiosamente desean. 
Voy a explicarme más extensamente.
La firmeza de carácter del jefe que gobierna hoy la República Argentina es 
notoria en todo el mundo, así como el ascendiente que tiene en las vastas

llanuras de Buenos Aires y en las otras provincias, y aunque no dudo que en la 
capital tenga un número de enemigos personales, yo estoy persuadido de que ya 
sea por orgullo nacional, por temor o por el prejuicio heredado de los españoles 
contra los extranjeros se unirán todos para tomar parte de la lucha. 
Además, 
debe tenerse muy presente (como lo ha demostrado la experiencia) que la 
medida del bloqueo ya declarado no tiene la misma influencia en los Estados de 
América y menos que en todos en la República Argentina como podría tenerla en

Europa. 
Esta medida sólo afectará a un pequeño número de terratenientes y 
propietarios, pero a la masa del pueblo, que ignora las necesidades europeas, la 
continuación del bloqueo les sería indiferente.
Si las dos potencias quisieran llevar mas adelante las hostilidades – es decir, declarar la guerra – yo no dudo 
que con mas o menos pérdida de hombres y dinero tomarían Buenos Aires 
(aunque tomar una ciudad resuelta a defenderse es una de las más difíciles 
operaciones de guerra); pero aún después del triunfo, estoy convencido que no 
serían capaces de mantenerse largo tiempo en la capital. 
Es bien sabido que el 
principal y podría decir el único alimento del pueblo es la carne y que
igualmente con la mayor facilidad el ganado vacuno puede ser retirado en pocos 
días bastantes leguas al interior, como también los caballos y todos los medios 
de transporte.

En breve tiempo se podría formar un vasto desierto, imposible de cruzar por 
una gran fuerza europea, que correría tantos mayores peligros cuanto mayor

fuese su número. 
Pretender llevar la guerra apoyándose en los nativos, yo estoy segurísimo de que muy pocos serían los que apoyarían al extranjero.
Finalmente, con siete u ocho mil hombres de caballería del país y veinticinco o treinta piezas de artillería ligera que el general Rosas fácilmente mantendría no sólo lograría un bloqueo terrestre de Buenos Aires, sino que impediría que un ejercito europeo de veinte mil hombres, se alejase mas de treinta leguas de la capital, sino exponiéndose a su total destrucción, por falta de recursos 
necesarios. 

Tal es mi opinión y la experiencia probará que está bien fundada a no ser que – como es de esperar – el Ministerio inglés cambie su política. ”
Esta carta, simple y directa sonaría tan fuerte en la opinión publica y en el 
Parlamento inglés como los cañonazos con que Mansilla, Thorne y  Alzogaray

marcaron el camino de ida y vuelta de la flota por el Paraná. 
En ella hace claras 
referencias a las invasiones inglesas de 1806 y 1807, y a la posibilidad de un  
éxodo como el jujeño o el que sufriera Napoleón en Rusia.
Esta misiva es hija de la misma habilidad táctica con que San Martín manejó 
su guerra de zapa, enloqueciendo a Marcó del Pont, antes del cruce de la 
cordillera.

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La Vuelta de Obligado

En la mañana del 20 de noviembre de 1845 los buques de la flota tomaban 
posición frente a las baterías que a toda prisa había mandado a construir el general Lucio Norberto Mansilla, veterano de Chacabuco y Maipú.
 El diseño de las baterías  estuvo a cargo del héroe de ese día, el coronel Juan Bautista Thorne. 
Todo el ancho del río fue atravesado por tres líneas de cadenas colocadas sobre lanchones y barcos
desmantelados, las que estaban atadas por un extremo a tres anclas y por el otro al bergantín “Republicano”, al mando del capitán Tomás Craig, irlandés llegado a Buenos Aires con la invasión inglesa de 1806 y que luego de acriollarse combatió en el Ejercito del Norte a órdenes de Belgrano, e hizo la campaña de Perú con San Martín.
Lograron construir cuatro de las siete baterías que estaban previstas. 
Estas eran: la batería “Restaurador” con 6 piezas al mando del Ayudante Mayor Álvaro de Alzogaray; 
la batería “General Brown” con 8 piezas al mando del Teniente Eduardo Brown, hijo del Almirante; 
la “General Mansilla” con 8 piezas, al mando del Teniente de artillería Felipe Palacios y, mas allá de las cadenas que cerraban el paso del río, la batería “Manuelita” con 7 piezas (dos de tren volante) al mando del coronel Juan B. Thorne. 

La mayoría de los cañones argentinos eran de 10 libras y solo algunos de 24.
A la derecha de las baterías, en un bosque se estacionaron las tropas del Regimiento de Patricios de Buenos Aires y su banda militar, a órdenes del coronel Ramón Rodríguez. 
Detrás de la batería “Restaurador” había un cuerpo rural de 100 hombres al mando del Teniente Juan  Gainza , seguidos por los milicianos de San 
Nicolás al mando del Comandante Barreda y otro cuerpo rural al mando del coronel 
Manuel Virto.
La reserva era comandada por el coronel José M. Cortina e incluía dos 
escuadrones de caballería a órdenes del Ayudante Julián del Río y del Teniente

Facundo Quiroga, hijo del Tigre de los Llanos. Detrás de la reserva se encontraban 
unos 300 vecinos incluyendo mujeres, de San Pedro, Baradero y San Antonio de 
Areco, que se reunieron a último momento, armados con lo que pudieron traer.

La flota estaba constituida por once buques que sumaban 99 cañones, la 
mayoría de ellos de 32 libras, algunos de 80 y otros con el sistema 

Paixhans de 
bala con espoleta cuyos explosivos causaron estragos en la defensa.
A las 9 de la mañana el buque inglés Philomel  lanzó el primer 
cañonazo, la banda del Regimiento Patricios rompió con los acordes del Himno

Nacional y entre vivas a la patria comenzaron a responder las baterías argentinas.
En pocos minutos, la tranquila ribera del Paraná se convirtió en una imitación del 
infierno. 

Desde ambos bandos se lanzaban unos cuarenta proyectiles por minuto, 
generalizándose las bajas en las tropas de la Confederación. 

A las once un grupo de 
infantería francés intentó desembarcar y fue atacado por las tropas de Virto,

pereciendo la mayoría de ellos bajo los sables argentinos o ahogados al huir.Hacia el mediodía el general Mansilla envió un parte a Rosas diciéndole que no sabía por cuanto tiempo más podría contener al enemigo pues se le agotaban las
municiones. 
No obstante ello el fuego de las baterías argentinas había logrado dejar fuera de combate a los buques Fulton, Pandour y Dolphin y generado graves
daños en otros buques; pero el costo en vidas entre los artilleros criollos era altísimo. 
El capitán Craig debió hundir el bergantín “Republicano” que ya estaba casi desmantelado a cañonazos y se reunió con los hombres que le quedaban en las baterías de tierra.
A las cuatro de la tarde, los ingleses protegidos por el buque Fireband lograron cortar las cadenas y sobrepasar las defensas. 
En tierra, únicamente respondía la batería Manuelita, cuyo jefe, el coronel Thorne causaba la admiración de los enemigos, dando órdenes desde lo alto de su posición con todo su cuerpo expuesto al fuego enemigo.
El general Mansilla le ordenó cesar el fuego y retirarse, pero Thorne rechazó la orden respondiendo que sus cañones le demandaban hacer fuego hasta vencer o morir. 
En esa posición se mantuvo hasta que un cañonazo lo hizo volar por el aire dejándolo gravemente herido y sordo de por vida. 
Sus soldados lo retiraron del campo llevándolo hasta el  convento de San Lorenzo.
Hacia el atardecer, cuando ya no quedaban cañones ni artilleros en pie, desembarcaron los invasores; 
Mansilla ordenó cargar al enemigo pero un golpe de metralla lo derribó, hiriéndolo en el estómago. Entonces encabezó el ataque el coronel Ramón Rodríguez con los Patricios, dándoles una brillante carga a la bayoneta pero finalmente hubo de retirarse ante la superioridad de fuego del enemigo.
La bandera argentina que, manchada de sangre, fue tomada por los ingleses en la batería de Thorne, la devolvería 38 años después el almirante Sullivan
(capitán del Philomel) como muestra de su admiración por el jefe de la batería
Manuelita.